La nueva normalidad trae consigo la posibilidad de retomar multitud de tratamientos odontológicos que habían quedado inconclusos o que, directamente, había sido imposible iniciar. Aun así, el riesgo de contagio aún permanece, por lo que es importante continuar siendo cautos para evitar el temido posible rebrote.
Esta situación, aunque aporta mucha más libertad en comparación con el periodo de cuarentena, implica casi inevitablemente el temor a caer enfermos a causa del COVID-19 ahora que la desescalada está a punto de finalizar en todo el territorio nacional.
A esto, se suma el hecho de que muchas personas sienten una gran reticencia a acudir a la consulta del dentista, sobre todo por la incomodidad que les provoca someterse a los procedimientos.
Sin embargo, es importante no dejar de lado las citas previstas con el dentista, ya que procrastinar los tratamientos bucodentales pendientes puede comprometer de forma muy severa la salud oral.
El cuidado de las encías en la nueva normalidad
En ocasiones, no somos conscientes de la importancia de mantener las encías sanas, a pesar de que son una parte esencial en la boca. No solo aportan estética a la sonrisa, sino que forman parte del periodonto, es decir, los tejidos encargados de dar soporte a las piezas dentales y asegurar su estabilidad.
Respecto a la salud de las encías,hay que incidir sobre los principales problemas que conviene abordar en las etapas iniciales: “Si comenzamos a notar sangrado durante el cepillado o inflamación en el tejido gingival, es probable que estemos ante un claro indicio de gingivitis”.
Aunque en apariencia pueda parecer un signo que no tiene mayor relevancia para la salud oral, es importante tener en cuenta que las enfermedades periodontales no cesan de avanzar y, por tanto, de perjudicar las encías cada vez más.
Es por ello que evitar la cita con el odontólogo puede acarrear problemas más graves que requieren, en última instancia, de un tratamiento más largo para el paciente. A pesar de que en la sociedad aún exista temor ante la pandemia, es importante continuar con las revisiones médicas previstas.
“Mientras que la gingivitis puede frenarse a través de una higiene profesional, cuando las bacterias alcanzan el interior de la mucosa gingival ya se requiere de un tratamiento específico realizado por un especialista en Periodoncia«.
“En este punto, no es posible eliminar el sarro solidificado a través del cepillado en casa, y ni siquiera con una profilaxis, así que lo apropiado sería acudir a una clínica dental para abordar la periodontitis mediante un tratamiento más profundo, como un raspado y alisado radicular”.
Problemas en los dientes: más allá de las caries
La falta de rutina durante la cuarentena, así como la vuelta a la normalidad requieren de un periodo de adaptación hasta que sea posible volver a coger el ritmo de vida habitual.
En este sentido, el dentista matiza que“durante este tiempo, no es de extrañar que se descuide en cierta manera la higiene dental, por ejemplo, no lavándonos los dientes después de comer o llevando una dieta con alimentos azucarados o procesados”
Esto supone la acumulación de placa, con la consiguiente formación de caries dentales. “Al principio, cuando la lesión cariosa se está formando, puede que no seamos conscientes de ello a pesar de notar mayor sensibilidad dental”.
Precisamente, es el hecho de creer que este inconveniente no interfiere con la vida diaria el que muchas veces hace pensar que no merece la pena arriesgarse a ir a una clínica dental con el peligro de contagio aún latente.
“Es importante ser conscientes de que las caries, al igual que cualquier otra enfermedad bucodental, comienza con síntomas muy leves o apenas apreciables. Pero es el tiempo el que juega una mala pasada en caso de no abordar el problema a tiempo. Así, una caries no tratada, puede requerir de otros tratamientos más exhaustivos que un mero empaste, como una endodoncia”.
Una endodoncia, también llamada tratamiento de conducto, requiere normalmente de dos visitas al dentista, por lo que si lo que se pretende es evitar salir a la calle y acudir a sitios donde haya más personas, procrastinar en este caso sería algo contraproducente.
Completar la higiene en el dentista
Seguir unas adecuadas rutinas de limpieza oral en casa implica no solo el cepillado después de cada comida, sino el uso de otros utensilios de higiene, como el hilo o el enjuague bucal.
“Esta práctica evita, en gran medida, la mayoría de enfermedades bucales producidas por la acumulación de placa y sarro -halitosis, enfermedades periodontales o caries, entre otras-. Pero, como especialistas, siempre recomendamos realizar una profilaxis en clínica cada 8 o 10 meses. Sin embargo, la higiene debería ser cada 4 o 6 meses en caso de pacientes con problemas periodontales”.
Y es que solo en esta sesión es posible eliminar por completo cualquier resto de placa solidificada que esté alojada en los recovecos de la boca a los que no llega el cepillo.
“Al igual que sucede con las caries, ir a tiempo a tu clínica de confianza puede evitar un tratamiento más largo, costoso y que implique más visitas al odontólogo”.
La clínica dental: un espacio aséptico
Un centro por el que pasan tantas personas diarias como puede ser una clínica dental debe estar debidamente desinfectada y preparada para acoger a los pacientes sin riesgo alguno.
Es importante subrayar el hecho que, de todos los sitios a los que ya se pueden acudir en la nueva normalidad, las clínicas dentales son de las más seguras gracias a los protocolos exhaustivos de desinfección a diarios.
“Esta ya era una realidad antes del inicio de la pandemia, pero siguiendo las recomendaciones marcadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las medidas de higiene y distancia entre personas se han acentuado notablemente en nuestra clínica”. Así, cada dentista lleva sus propios EPIs (equipos de protección individual), no solo para protegerse, sino para evitar cualquier contagio accidental con los pacientes: mascarilla quirúrgica y FFP2, pantalla facial protectora, guantes, batas quirúrgicas lavables y gorros.
Por ello, tenemos que animar a quienes lo necesiten a no postergar su visita al dentista: “La mejor medicina es la prevención, y cuando hablamos de la salud bucodental, una detección temprana conlleva un diagnóstico mucho más sencillo”.