Caries, desgastes e infecciones dentales pueden arruinar la práctica de ejercicio físico o la carrera de un deportista. Hasta el punto de que “si no se tratan bien y a tiempo (las dolencias dentales), pueden generar dolencias musculares y articulares”, explica el odontólogo Rafael Arenas, que advierte que, incluso, pueden ser el origen de “un rendimiento deportivo deficitario, fatiga, fiebre, sobrecarga muscular, trastornos respiratorios, enfermedades coronarias y cronificación de lesiones”. En otras palabras,que cuidar la sonrisa y la salud bucodental es una exigencia para cualquiera, pero más para quienes practican deporte de forma regular.
Perdida de rendimiento – Un mal cuidado puede ser el origen
Pero muchas veces eso no es suficiente, porque esta tendencia a apretar más de lo debido puede tener su origen en una mala oclusión dental. “Se produce cuando el paladar es estrecho y las mandíbulas no encajan correctamente. Al encajar los dientes, la mandíbula se desplaza siempre hacia un lado o hacia adelante o hacia atrás, porque la articulación no es simétrica. Además, con el tiempo se descompensa primero la musculatura de la articulación temporomandibular (ATM) y después la de las cervicales, cuello y espalda”, describe el ortodoncista Carlos Saiz, que añade que solucionar esa mala mordedura puede ayudar “a mejorar significativamente el rendimiento deportivo”.
Saiz, que tiene en agenda una larga lista de deportistas y actores, añade que “ha habido un repunte de personas que, al dedicarse a deportes exigentes como el triatlón o los maratones, se han dado cuenta de que una mala oclusión es sinónimo de menos rendimiento, y lo han solucionado con los brackets invisibles”. Pero ni es un tratamiento rápido (son casi siempre 18 meses), ni es barato, ni es para todos. Hay que estudiar caso por caso.
Ayuda, claro, el ejemplo de profesiones del deporte como Pau Gasol, que en su día hicieron lo mismo, pero aún más el hecho de que estudios científicos como el realizado por el departamento de Fisiología de la Universitat de Barcelona en colaboración con la Universidad de Insbruck y publicado en Neurosciencie Letters y Motor Control han concluido que existe una influencia recíproca entre el nervio trigémino y el núcleo vestibular, que son los que inciden en las funciones de masticar y el equilibrio,y entre los músculos masticatorios y los cervicales. Según esa investigación, la fatiga y la inestabilidad es significativamente superior entre los individuos que presentan una mala oclusión dental.
Señales de alerta – Sintomas que podemos consultar al odontólogo
Así que a la hora de hacer deporte hay que tener en cuenta si apreciamos ciertos síntomas y consultarlos, por si acaso, con nuestro odontólogo.
Fatiga, debilidad o fiebre . En el caso de sentir más cansancio del habitual o incluso febrícula o fiebre sin motivo aparente, nos debería hacer pensar en la posibilidad de una infección bucodental. El origen podría ser una caries, infecciones en la cavidad oral, o gingivitis.
Dolor en cervicales o espalda. El bruxismo (o mordida cruzada) puede generar dolores musculares de cuello y espalda, e incluso alteraciones en el equilibrio.
Calambres y lesiones musculares. Las caries no tratadas, explican los especialistas, suelen acarrear roturas de fibras musculares y calambres, sobre todo en los gemelos.