Cuidar tu dentadura es clave para no tener que acudir al odontólogo durante estos días de aislamiento por el coronavirus
La visita al dentista se convierte en uno de los chequeos fundamentales año tras año, pero con la cuarentena impuesta por el estado de alarma debemos minimizar al máximo nuestras salidas de casa. Estamos en una situación fuera de lo normal. Vivimos una crisis sanitaria que nos obliga a vivir de forma distinta a lo que estábamos acostumbrados. Estamos en nuestros hogares, buscando actividades y haciendo malabares para pasar las horas de esta cuarentena que nos parece interminable. Pero, durante estos días, son claves las medidas de prevención, no solo para evitar contagiarnos del temido coronavirus, sino además, para no padecer otras dolencias que se sumen a los problemas actuales y compliquen nuestro día a día. Un cuidado dental a diario es clave para no tener problemas más graves y no tener que acudir al odontólogo. No queremos que la conocida frase «no hay nada peor que un dolor de muelas» se haga realidad, así que «más vale prevenir que curar».
Consejos
- Cuidar toda la estructura que rodea al diente: es básico realizar una correcta higiene.Usar hilo dental una vez al día, antes de cepillar los dientes por la noche.
- Cepillado mecánicamente efectivo: prestar atención ahora que tenemos más tiempo. Pasar varias veces el cepillo por cada superficie, hasta las últimas muelas, ya que si no se hace bien por su difícil accesibilidad y con menor espacio, se puede acumular más comida y eso puede provocar dolores e infecciones y, por lo tanto, urgencias odontológicas.
- Atención a las encías: no solo hay que cepillar los dientes, también esta parte tan sensible. Para que no estén inflamadas hay que estimularlas dando pequeños masajes con el cepillo en movimientos circulares. Además, utilizar irrigadores bucales, que también favorecen esta estimulación, para que no esté dematosa o sangrante.
- No olvides a tu lengua: este órgano es uno de las grandes olvidados en nuestra higiene bucal diaria. Es un elemento muy importante que también almacena restos de comida y alimentos. Para mantenerlo limpio es necesario el uso de un limpiador lingual, una herramienta de higiene oral muy sencilla de utilizar.
- Evitar morder alimentos demasiado duros: patas de marisco, frutos secos, caramelos, chicles… Esto puede provocar microtraumatismos, microfracturas que pueden causar sensibilidad, ya que si se caen las capas superiores del esmalte (las que protegen) exponemos la dentina, la cual es más porosa que el esmalte y tiene muchas terminaciones nerviosas que transmiten la sensibilidad de forma muy superior. Puede ser tremendamente molesto.
- Cuidado con la temperatura de lo que tomamos: no es bueno pasar del frío al calor y viceversa. Estos cambios de temperatura pueden causar hiperemia pulpar: esto hace que los vasos sanguíneos dentro de la muela (en la pulpa dentaria) se inflamen al llegarles más sangre y puede provocar mucho dolor en esas piezas. «Esa zona es finita (no tiene salida, está cerrada) y si se inflama, llega más sangre y provoca mucho dolor. Incluso si se mantiene en el tiempo y se hace de manera repetida puede causar necrosis», afirma el doctor.
- Evitar comer alimentos pegajosos o demasiado dulces: podrían adherirse a las zonas que están más comprometidas con algunas fisuras o con microfacturas y pueden causar algunas caries a corto y medio plazo.