Una salud adecuada de las encías es un requisito indispensable para la colocación de implantes dentales
dado que en caso contrario, la utilidad y funcionalidad de estos implantes puede verse amenazada por la
aparición de infecciones que afectan a los tejidos periimplantarios, lo que puede reducir la eficacia de este
recurso terapéutico y acortar sustancialmente su vida media.
Estas enfermedades periimplantarias, con la mucositis periimplantaria y la periimplantitis al frente, se han
convertido en un reto para odontólogos y periodoncistas, dado que amenazan la salud bucodental de los
pacientes que cuentan con implantes dentales, y los tratamientos disponibles para su tratamiento hoy en
día no son suficientemente efectivos.
El reto de la periimplantitis
Los implantes dentales pueden perderse a lo largo del tiempo si no se realiza un mantenimiento periódico,
tanto de los componentes de la prótesis como de los tejidos que rodean el implante (encía y hueso
subyacente)”.
A lo largo del tiempo, será necesario realizar la prevención de las enfermedades periimplantarias, entre
ellas la conocida como periimplantitis, producida por bacterias situadas en la encía que se halla alrededor
del implante y que acaba causando la pérdida del hueso que sujeta el implante (del mismo modo que la
periodontitis destruye el hueso que sujeta a los dientes).
Poniendo el acento en la prevención
El tratamiento rehabilitador, utilizando implantes dentales, se considera como un procedimiento de
tratamiento seguro y predecible en pacientes desdentados y parcialmente dentados. Sin embargo, “este
tratamiento no está exento de complicaciones”,
Mediante la identificación de factores de riesgo asociados a la mucositis periimplantaria y a la
periimplantitis, así como con la implementación de estrategias clínicas apropiadas, ”esperamos prevenir
las formas progresivas de la enfermedad, permitiendo el éxito clínico a largo plazo
La mala higiene bucodental, el tabaco y tener una historia previa de periodontitis son los principales
factores de riesgo para sufrir una periimplantitis. la falta de asistencia odontológica regular después de la
colocación del implante es un importante factor de riesgo de enfermedad periimplantaria”; igualmente, ,
”cualquier enfermedad sistémica que disminuya la defensa inmunitaria podría considerarse como posible
factor de riesgo”.
En los últimos años se está progresando en la identificación de factores de riesgo de la patología
perimplantaria, lo que permite detectar antes y mejor a los pacientes con más probabilidad de desarrollar
la enfermedad. Por otra parte, están apareciendo cada vez más productos e instrumentos de higiene oral
que facilitan el control de la placa por parte del paciente.
Según los expertos, el abordaje preventivo que más se va a desarrollar en el futuro es el control químico;
sin duda, el uso de un control químico del biofilm (placa dental) en pacientes con implantes es
fundamental. Se están investigando moléculas y formatos de productos que permiten llegar a esas zonas
donde no se accede fácilmente con las técnicas habituales.
Detección precoz y tratamiento
Las enfermedades periimplantarias son procesos inflamatorios. El síntoma clínico principal es el
sangrado. En algunos casos, los implantes afectados pueden exhibir supuración (pus). La pérdida de
hueso es lo que distingue a la periimplantitis de la mucositis periimplantaria.
Actualmente, se cree que la inflamación en los tejidos blandos está causada por una biopelícula
bacteriana que se adhiere al implante, el pilar o la reconstrucción protésica. Esta inflamación puede
o no conducir a la pérdida de hueso. Por lo tanto, no es sorprendente que la ausencia de un control
adecuado de la infección de las encías, de manera previa a la colocación de implantes, se considere
como un factor de riesgo importante.
La clave para prevenir las complicaciones biológicas en nuestros pacientes es el diagnóstico precoz”. Tal
Se debe diagnosticar la mucositis periimplantaria y, lo más importante, ofrecer un tratamiento periodontal
adecuado, previo a la colocación de implantes”.
La planificación del tratamiento es esencial. Los pacientes necesitan ser tratados de cualquier
enfermedad periodontal existente antes de iniciarse cualquier terapia reparadora con implantes. Las
restauraciones deben hacerse cuando ya se siguen adecuadas medidas de higiene oral.
Si ya se ha producido la periimplantitis, el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano son igualmente
importantes, aunque ”los resultados del tratamiento para las lesiones periimplantitis avanzadas son
menos predecibles. En cualquier caso, después de la aparición de periimplantitis, el tratamiento
quirúrgico es inevitable. Actualmente no existe un tratamiento que se considere tratamiento de
referencia en la resolución de la enfermedad, aunque se asume que es necesario el abordaje quirúrgico
de la periimplantitis con el fin de eliminar completamente la infección y minimizar el riesgo de infección de
la bolsa periimplantaria.
Estudios clínicos a largo plazo han documentado que los pacientes que después de la terapia periodontal
continúan en un programa de mantenimiento supervisado profesionalmente exhiben una pérdida mínima
de hueso en comparación con los pacientes no incluidos en este programa. De hecho, apuntó ”la falta de
seguimiento de estas terapias de mantenimiento se asocia con un mayor riesgo de fracaso del implante,
así como la pérdida ósea en los implantes y con un aumento en la incidencia de la enfermedad peri-
implantaria”.
La existencia de un tratamiento de apoyo después de la inserción del implante podría disminuir el riesgo
de periimplantitis. ”el tratamiento periodontal de mantenimiento consiste en el control profesional de la
placa bacteriana e instrumentación subgingival en sitios seleccionados que presenten signos clínicos de
inflamación durante las visitas programadas de acuerdo a las necesidades individuales”.